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El sueño de la Flotilla de la Libertad de llegar a Gaza terminó por la fuerza tras un mes de navegación por el Mediterráneo. El ... ejército de Israel asaltó el barco Madleen cuando se encontraba a unos 200 kilómetros de distancia de la costa gazatí y detuvo a los activistas y periodistas, entre ellos la joven sueca Greta Thunberg. La embarcación llegó por la tarde al puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, remolcada por los militares y los responsables de la Flotilla aseguraron que «los activistas recibieron alimento y agua y se sometieron a exámenes médicos. Hasta donde sabemos, ninguno de ellos presenta lesiones ni requiere tratamiento médico». A su llegada al puerto, los responsables de la Flotilla adelantaron que el trámite consistiría en transferirlos a la Policía, trasladarlos a un centro de detención operado por la Autoridad de Población e Inmigración y realizar la audiencia previa a la emisión de las órdenes de deportación.
«Hemos perdido el contacto con el Madleen. El ejército de Israel ha abordado el barco», fue el último mensaje de los organizadores de la Flotilla en plena noche. Poco antes habían difundido imágenes de los doce integrantes de la misión, sentados con sus chalecos salvavidas y las manos en alto a la espera de los militares, sin ofrecer ningún tipo de resistencia. A diferencia del asalto del barco turco Mavi Marmara en 2010, cuando Israel mató a 9 activistas, esta vez no hubo que lamentar víctimas mortales ni heridos a manos de los hombres de la Shayetet 13, unidad naval de élite.
El puerto de Ashdod vivió una jornada de nervios e incertidumbre. La prensa nacional e internacional se posicionó en una colina próxima desde la que se divisaba la bocana. «No hemos tenido información sobre su paradero durante toda la jornada», apuntó Nariman Shehadeh, abogada de la asociación Adalah responsable de la defensa de los detenidos. Shehadeh aseguró que «ellos estaban en aguas internacionales y les han traído por la fuerza, este barco no presentaba una amenaza para los israelíes, su objetivo era puramente humanitario y por eso esta detención y captura del barco son ilegales». La letrada indicó que «el proceso de deportación debería ser lo más rápido posible, en cuanto se encuentren los vuelos desde Tel Aviv a sus respectivos países». En la misma colina se dieron cita israelíes que, bandera nacional en mano, protestaban en contra de la Flotilla al grito de «¡Hamás fuera, Hamás fuera!».
En el momento de la detención, los soldados obligaron a lanzar todas las cámaras y teléfonos al mar y desde ese momento fue Israel quien se encargó de distribuir imágenes y vídeos, en uno de ellos mostraron a los militares entregando agua y un bocadillo a Greta, el rostro más conocido de los doce detenidos de la Flotilla.
El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró que el «show mediático ha terminado» y adelantó que una vez tomaran tierra se les mostraría a los activistas internacionales «un vídeo con las atrocidades de Hamás del 7 de octubre». Katz adelantó que la ayuda que portaban para Gaza, «menos de lo que entra en un camión» seré enviada a la Franja, sin aportar más detalles. El ministro llamó varias veces al Madlein, el «barco de los selfis» y acusó a los integrantes de la expedición de intentar montar un espectáculo.
En palabras de Katz, «es apropiado que la antisemita Greta y sus compañeros partidarios de Hamás vean exactamente quién es la organización terrorista Hamas a la que vinieron a apoyar y para quién trabajan, qué atrocidades cometieron contra las mujeres, los ancianos y los niños, y contra quién está luchando Israel para defenderse».
El bloqueo israelí impide la llegada de los barcos civiles de la Flotilla. Desde Túnez lanzaron una nueva campaña de solidaridad con Gaza, esta vez a bordo de camiones. El convoy «Soumoud», que significa «firmeza» en árabe, incluye a personal sanitario y pretende llegar a Rafah, en el sur de Gaza, «a finales de semana», según declaró a la agencia AFP el activista Jawaher Channa. Los organizadores dijeron que el convoy lo componen nueve autobuses, que no portan ayuda humanitaria y que su objetivo es realizar un acto simbólico contra el bloqueo.
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