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Primer hito histórico del paseo de Isabel la Católica, en una imagen de la década de sesenta. En el círculo, el mismo mojón, en la actualidad. Foto: Amva / Vídeo: Rodrigo Ucero
El Hilo

Dos mojones con mucha historia en el centro de Valladolid

Un par de hitos del 'Plan Peña' han sobrevivido durante décadas a las numerosas remodelaciones del céntrico paseo paralelo al Pisuerga

Berta Muñoz Castro

Valladolid

Sábado, 24 de mayo 2025, 08:23

Ha llovido mucho. Tanto que, en la década de los sesenta, cuando al parecer se colocaron los dos mojones kilométricos que hoy podemos ver en el paseo de Isabel la Católica, esta céntrica vía de Valladolid acababa de estrenar nombre. Hasta el 24 de mayo de 1950 fue el paseo de Las Moreras. Antes, se conoció como el paseo de San Lorenzo y, años atrás, en los siglos XVIII y XIX, como el Espolón Nuevo y el Espolón Viejo, respectivamente. El cambio de esta travesía ha sido brutal durante la última centuria. Salvo el cauce del río Pisuerga, el edificio de la Electra, el almacén de maderas de Jaime Cuadrado –reconvertido en un gimnasio– y los dos hitos que nos ocupan, casi todo lo que vemos en la avenida se ha construido hace menos de un siglo. Abro hilo:

↓ Lo de marcar las distancias en las vías de comunicación viene de antiguo. Los romanos ya colocaron mojones cilíndricos de granito en el borde de sus sofisticadas calzadas. Los denominaron miliarios porque señalaban la distancia de mil pasos, unos 1.480 metros. La mayor parte de estos postes de piedra llevaban inscripciones talladas donde el caminante podía ponerse al día no solo del título completo del emperador bajo cuyo mandato se había construido o modificado la calzada, sino también la distancia que restaba hasta Roma o hasta la localidad más importante de la vía. Pero la de informar no fue la única finalidad de los miliarios. Según los historiadores, en el siglo IV, estas columnas que podían alcanzar hasta cuatro metros de altura y ochenta centímetros de diámetro, perdieron funcionalidad indicativa para transformarse en un elemento más de propaganda política de los emperadores.

Miliario de piedra caliza encontrado en Olmillos de Sasamón (Burgos). Fue realizado en la época del emperador Tiberio, sobre el año 33 después de Cristo. El Norte

↓ Se sabe que hasta finales del siglo XIX hubo unos cuantos de esos hitos gigantes en la vía romana que unía Villalazán (Zamora) y Sasamón (Burgos) y que atravesaba la capital vallisoletana. Según el trabajo de investigación 'Vías romanas de Castilla y León', si este trazado de 171 kilómetros existiera en la actualidad, rozaría el río Pisuerga por Arturo Eyries, pasaría por el Campo Grande, la estación de tren, la calle Gamazo, la plaza de España y por las inmediaciones de la Catedral, cortaría el barrio de La Rondilla en dos y llegaría hasta Cabezón. Esta calzada romana, que se puede consultar de manera más pormenorizada en la web viasromanas.net, incluía otras villas de la provincia, como Simancas y Tordesillas. Su característica principal, destacan, era que se trataba de un trayecto capaz de unir poblaciones muy lejanas con recorridos rectos.

En rojo, la calzada romana Sasamón-Villalazán, a su paso por Valladolid. El Norte

↓ Con el paso de los siglos, llegaron a los caminos de toda la península otro tipo de hitos para marcar las distancias: los leguarios. La legua venía a ser la cantidad de camino que una persona era capaz de recorrer en una hora. De forma prismática, se situaban en la orilla izquierda de la ruta y señalaban con números las leguas que quedaban hasta el final del trayecto. Con el objetivo de unificar la medida de la legua, ya que la distancia que recorría a pie un andarín podía variar mucho dependiendo del terrero por el que se transitara, en el año 1801 estableció que equivaliera a 20.000 pies. 5.572,7 metros, para ser precisos. Una unidad de medida que ha quedado relegada a las carreras populares.

Leguario en la Sierra de Gredos.

↓ La instalación de los leguarios coincidió con el reinado de Felipe V (1683-1746). Durante esta larga etapa, 45 años largos estuvo en el trono 'El Animoso', se ejecutaron en España itinerarios mejor diseñados y se generalizó el hincado de hitos de distancias en leguas en todos los caminos reales. A pesar de ello, pocos han perdurado. En la Sierra de Gredos, en la actual N-502, se pueden ver algunos. Años después, en 1769, con Carlos III en el trono, se promulgó una real orden en la que se estableció que las distancias se contaran desde Madrid y el 'punto cero' se situó en la Puerta del Sol, donde se encuentra a fecha de hoy.

↓ La llegada en 1849 de la Ley de Pesos y Medidas estableció el sistema métrico decimal en España y supuso el fin del uso de la legua. La nueva norma, impulsada por el ministro Bravo Murillo bajo la batuta de Isabel II, contemplaba la colocación de los primeros postes kilométricos, miriamétricos (indican la distancia en intervalos de 10 km), divisorios de provincia y de bifurcación. Estos hitos normalizados aparecen dibujados en el libro 'Carreteras' de Manuel Pardo del año 1892. Los que persisten en Valladolid se colocaron unas cuantas décadas más tarde.

Detalle del libro 'Carreteras' de Manuel Pardo, con ilustraciones sobre hitos kilométricos y postes divisorios de provincias.

↓ Corría el año 1940 cuando Alfonso Peña Boeuf, ingeniero de caminos y ministro de Obras Públicas durante el régimen de Francisco Franco, se encargó de reorganizar la red de carreteras de España y trazar las rutas que, hoy en día, siguen conectando los principales puntos del país desde el 'kilómetro 0' de Madrid. El conocido como 'Plan Peña', que nace por la necesidad de reformar y reparar las maltrechas infraestructuras españolas tras la Guerra Civil, no solo clasificó las carreteras como nacionales, comarcales y locales, sino que incluyó ensanchamientos de la calzada, mejoras del firme, la eliminación de los pasos a nivel y la instalación de nuevos mojones kilométricos de piedra como los dos que hoy continúan, milagrosamente, en el paseo de Isabel la Católica. Digo milagrosamente, porque la gran mayoría, como ocurrió con los leguarios, fueron sustituidos en la década de los ochenta por hitos metálicos.

Mapa de carreteras de 1950.

↓ El primero y, al parecer, el más antiguo, está junto al paso de cebra que comunica el paseo de Isabel la Católica con el puente del mismo nombre. En la esquina de la Academia de Caballería, junto al edificio de Acor –si seguimos de frente– y a la calle Doctrinos –si giramos a la derecha–. No tiene pérdida, pero pasa desapercibido. «Toda la vida viviendo aquí y no me había fijado», reconoce una mujer que ha cruzado «mil veces» por esta zona. Y, como ella, otros tantos que, al preguntarles por el mojón de hormigón, miran con cara de asombro. «¿Qué lleva ahí décadas? Pues ahora me entero». Es posible que este mazacote blanco con copete rojo –el color que otorgó el 'Plan Peña' para identificar las carreteras nacionales– esté demasiado cerca del asfalto. A lo mejor, si se recorre el paseo de Isabel la Católica desde Zorrilla, este garujo de ochenta centímetros de altura queda eclipsado por el semáforo. Pero, seguramente, se trate de una cuestión de ir a mil cosas y a ninguna, muy propio de esta vida nuestra.

El primer hito de Isabel la Católica, en la intersección del puente y la calle Doctrinos. Rodrigo Ucero

↓ Este poste kilométrico que hace referencia a la Nacional 601 –la carretera que unía Madrid y León por Segovia y que hace años pasaba por el centro de la ciudad del Pisuerga– está ahí, como mínimo, desde la década de los sesenta. Pero, todo apunta, a que se hincó años antes para señalizar otra carretera, la N-403, que nacía en Toledo y finalizaba en Valladolid, y se reutilizó después para la 601. Este suponer está avalado por unas fotos del Archivo Municipal de Valladolid. En las imágenes, datadas en los sesenta, ya aparece el mojón junto al desaparecido restaurante 'La Marina', pero indicando el kilómetro 191 de la Nacional 403.

Imagen de la década de los sesenta, en el que el hito señalaba el kilómetro 191 de N-403.

↓ El segundo mojón histórico del paseo de Isabel la Católica también es triangular –con dos caras más visibles para los viajeros que circulan por la vía– y está justamente un kilómetro más adelante, después de pasar la plaza de Poniente y el instituto Núñez de Arce. Junto a un banco de madera, muy cerca del puente Mayor. Este sí que mantiene el kilómetro de la carretera (192) a la que hace referencia. De que luzca tan bien conservado se encargan periódicamente los operarios municipales desde hace años. Según explican en el Ayuntamiento de la ciudad, en abril del 2000 se firmó un convenio en el que la consejería de Fomento de la Junta cedió al Consistorio las travesías urbanas de las carreteras de titularidad de Castilla y León para mejorar la «gestión y explotación de estos tramos». En este acuerdo, que se saldó con una ayuda de la administración regional de 175 millones de las antiguas pesetas, estaban incluidos los dos mojones históricos del centro de Valladolid.

Segundo mojón de Isabel la Católica, cerca del puente Mayor. Rodrigo Ucero

↓ Pero no son los únicos. En la capital vallisoletana hay, por lo menos, otra pareja de mojones del 'Plan Peña'. Aunque en la actualidad no cuentan con ninguna nomenclatura, se trata de dos hitos de la antigua Nacional 403. En el paseo Hospital Militar aguanta el paso del tiempo uno y, un kilómetro antes, en la esquina de Arco de Ladrillo con General Shelly, se esconde decorado con un grafiti el segundo. Los dos de color rojo y blanco para recordar que por allí pasaba la nacional que unía la capital manchega con Valladolid y que hoy es parte del trazado de la Nacional 601. En Arroyo de la Encomienda hay un tercero, un hito muy bien conservado que señala el kilómetro 126 de la N-620, la Nacional de Burgos a Portugal por Salamanca. Está en la avenida de Salamanca. No digo más.

Mojón de Las Delicias, de la antigua Nacional 403. Rodrigo Ucero

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