Segovia

El medio rural suma más de medio centenar de alquileres sociales para afianzar familias

Este plan de vivienda persigue incrementar el parque público de alquiler social y combatir la despoblación en los pueblos segovianos. Para ello, la Junta de Castilla y León atiende las solicitudes de los ayuntamientos que ponen a su disposición inmuebles abandonados o mal conservados para reacondicionarlos por medio de una inversión y así poder atender las necesidades habitacionales de los colectivos de especial protección. Esto se debe a que las rentas son muy económicas, pues la cuantía que debe abonar el arrendatario no puede exceder una tercera parte de sus ingresos ni puede superar los tres euros por metro cuadrado útil de la superficie de la vivienda. Es por ello que el montante destinado al alquiler ronda los 120 y 200 euros, un precio muy inferior al del mercado.

Es una iniciativa que se puso en marcha hace quince años y que las localidades beneficiarias, un total de 43 hasta el momento, han recibido con gran entusiasmo. Algunos de ellos incluso han presentado varias propuestas a la línea de ayudas y, a día de hoy, ya cuentan con sendos edificios completamente reformados gracias al programa Rehabitare. Santa María la Real de Nieva suma tres alquileres sociales en su término municipal -uno de ellos en el núcleo de Tabladillo-; mientras que Coca, San Martín y Mudrián, Vallelado, Turégano, Veganzones, Hontalbilla, Cantalejo y Campo de San Pedro contabilizan dos cada uno, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Administración regional.

«Ha sido una buena medida, porque ha sido posible rehabilitar dos viviendas que estaban muy mal: no podíamos meter a nadie a vivir allí», reconoce Pedro Luis Cuesta, alcalde de Veganzones, que ronda los 200 habitantes. Fue uno de los primeros pueblos que, en 2016, apostaron por dar una segunda vida a la antigua casa del maestro. Los resultados fueron tan positivos que el mismo consistorio solicitó la recuperación de otra vivienda en 2021. A partir de eso, han podido dar la bienvenida a dos familias procedentes de Madrid. «Es una medida que cumple su función, pues sirve para que la gente pueda venir a vivir al pueblo», indica.

La misma opinión comparte la regidora de Santa María la Real de Nieva, Pilar Ares. «Quedan viviendas completamente reformadas y nuevas, la gente lo agradece mucho, porque también salen muy económicas», aclara. Si bien es cierto que la localidad se acerca al millar de empadronados, la alcaldesa reconoce que, si no hubieran disfrutado de la inversión de la Junta, «seguramente no hubiéramos podido rehabilitarlas». «Al final tenemos un montón de necesidades», sostiene.

La ayuda no implica un sobrecoste para los ayuntamientos, aunque en algunas ocasiones las entidades locales han completado el presupuesto base definido por la Junta, que generalmente ha partido de los 43.000 hasta llegar a los 55.000 euros, para adquirir mobiliario o sistemas de climatización. Es un hecho que ha ocurrido en Sepúlveda, Vallelado, o Aldealengua de Santa María, que han desembolsado entre 6.800 y 13.200 euros; e incluso en pequeñas entidades locales como Campo de Cuéllar. Veganzones abonó una cantidad mayor, de unos 31.500 euros, al asumir los costes de impermeabilizaciones, solados, alicatados y otros acabados interiores. «Hemos tenido que hacer un esfuerzo municipal grande para que los inmuebles hayan quedado listos en todos los sentidos, pero ha merecido la pena», considera Cuesta.

Para resultar beneficiarios, los municipios interesados debían contar con una población inferior a los 5.000 residentes, pueden justificar la existencia de demandantes de vivienda (los que tienen menos de 200 residentes deben contar al menos con un solicitante) y el coste de la reforma de la vivienda en cuestión, que tiene que ser municipal, no puede exceder los 80.000 euros más IVA. La Administración regional también tiene en cuenta el valor arquitectónico e incluso sentimental del edificio candidato a la recuperación.

Es el caso de Alconada de Maderuelo que, con tan solo 26 censados, se convierte en el municipio más pequeño de la provincia que ha conseguido entrar en el programa Rehabitare. El inmueble que ha sido protagonista del lavado de cara era la antigua casa de los maestros, que data de mediados del siglo XX. «Era muy importante para nosotros», pero estaba muy mal «acondicionada», relata la regidora María Pilar Berzal. «Ahora ha quedado muy bien y ya la hemos tenido alquilada varias veces», asevera. Los últimos inquilinos se establecieron justo esta semana. «Es una pareja joven que va a tener un niño; si todo va bien, daremos la bienvenida al primer bebé que nace en Alconada después de casi veinte años», se alegra.

El alcalde de Coca, Fernando Aceves, remarca el buen impacto que ha tenido la adecuación residencial de un edificio que fue proyectado en 1930 para hospedar a los profesores. Su uso ha mutado a lo largo del tiempo para adecuarse a las necesidades. Hace décadas fue biblioteca y albergó a su vez el museo arqueológico local. Después, se convirtió en sala de ensayo de la banda de música, de exposiciones o de usos múltiples. Incluso se destinó a Casa del Peregrino, pues funcionaba como un albergue para las personas que hacen el Camino de Santiago.

En la actualidad, la villa caucense presenta «muchísimos problemas de alquiler, no hay viviendas para ello». De ahí que una de las prioridades urgentes haya sido disponer de este inmueble para ampliar la oferta residencial. La primera de las plantas se habilitó como vivienda en 2020 y, la segunda, tan solo tres años después. Pero esto no acaba aquí. «Acabo de solicitar otras dos; ojalá pudiéramos reformar un inmueble en la calle San Juan para atraer vecinos y facilitar una vivienda a aquellas personas con bajos recursos», defiende Aceves.

La inversión total que se ha destinado a la renovación de edificios en mal estado de conservación asciende a 832.000 euros y, para ello, también se ha contado con la colaboración de la Diputación de Segovia. El presupuesto incluye la evaluación de los trabajos que son necesarios y su ejecución. Las viviendas que se han sometido a estas actuaciones responden a diversas situaciones, pues muchas de ellas eran residencias tradicionales de maestros o médicos que quedaron en desuso, mientras que otras eran casas rectorales. Es por ello que ha sido necesario firmar convenios con el Obispado en hasta cuatro ocasiones, para reformar inmuebles parroquiales en San Miguel de Bernuy, Aldea Real, Valtiendas o Escobar de Polendos.

Una de las viviendas más antiguas que se ha rehabilitado data de 1900 y está situada en Losana de Pirón, pequeña localidad perteneciente a Torreiglesias. Después de albergar las dependencias municipales, ser sala multiusos y consultorio médico, el Ayuntamiento apostó por reconvertirlo en un espacio residencial de 53 metros cuadrados y así poder sumar empadronados. La superficie de los hogares que logran formar parte de esta iniciativa va desde los 40 hasta los más de 110 metros cuadrados, están distribuidos en una o incluso cinco habitaciones, cuentan con sistemas de climatización eficientes (algunos cuentan con placas solares) y muchos de ellos disponen de patios o jardines.

La Administración autonómica confía en recuperar al menos 15 nuevas viviendas hasta febrero de 2026. «El mandato terminará con 74 viviendas incorporadas al parque público de alquiler», aseguran fuentes de la Junta. Los próximos escenarios que acogerán obras enmarcadas en el programa Rehabitare son Armuña, Condado de Castilnovo, San Cristóbal de Cuéllar y Sebúlcor.