«Ojalá vaya a un pueblo de la Sierra de Francia»

Juanjo González

Salamanca

Jueves, 15 de mayo 2025, 19:45

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Fátima Ángeles Galiano tiene 27 años, es de un pueblo de Jaén (Mancha Real). Acaba de tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Tras estudiar Medicina en Castilla La Mancha, ha optado por hacer los cuatro años de residencia en Salamanca. ¿Lo llamativo? Que ha elegido una especialidad a la que cada año que pasa le cuesta más completar sus plazas. Medicina Familiar y Comunitaria (Médico de Familia). Sin ir más lejos, ha sido la primera en cubrir una de las 18 plazas que ofrece el Hospital de Salamanca este año 2025. La primera y la única por el momento, porque tras iniciarse la elección de plazas el pasado 5 de mayo, es la única estudiante de Medicina que ha solicitado esta especialidad en Salamanca a 15 de mayo, informa Salamancahoy.

Sobre su elección para realizar el MIR en Salamanca, Fátima explica a Salamancahoy que «han sido varios motivos; primero los personales porque mi novio está en Madrid, mi hermana en Portugal y quería un sitio intermedio para poder moverme. Salamanca es una ciudad mediana, yo soy de Jaén y he vivido en Ciudad Real que es donde he realizado la carrera. Lo mío no son las ciudades grandes», relata la residente.

Además, «ya había visto por internet que Salamanca es una ciudad preciosa y lo pude corroborar cuando estuve allí en el mes de marzo para reservar mi piso de alquiler. También porque tiene muchos pueblecitos de la sierra de Francia y de Béjar... y en nuestra especialidad, Medicina Familiar Comunitaria, en el tercer y cuarto año de residencia tenemos que hacer una rotación rural. Y me dije, tiene que estar precioso hacer una rotación rural por alguno de estos pueblos. Ojalá me toque allí. Me quedaré en Salamanca seguro los cuatro años que dura la especialidad y luego ya veremos, queda mucho para eso», explica Fátima.

En cuanto a su especialidad, la jienense argumenta que «la decisión de coger Familia es por tener la opción de hacer medicina rural. Lo he tenido claro desde hace mucho tiempo. Cuando iba por la mitad de la carrera pensaba en Medicina Interna pero hice un programa de prácticas en verano de la Universidad de Castilla La Mancha que consistía en una beca para ir a un centro de menos de 1.000 habitantes para trabajar en un centro de salud. Me encantó la medicina rural. Y desde quinto de carrera lo he tenido bastante claro, la verdad».

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«He preguntado sobre la especialidad en Salamanca a otros compañeros residentes de Familia y además de ser un hospital muy nuevo, y me han contado que la formación aquí está muy bien. A veces un hospital más grandes que el de Salamanca se puede quedar corto para Familia porque puede depender mucho de los otros residentes. Por eso dicen que los hospitales comarcales, por ejemplo el de Ávila que dicen que para Familia puede estar muy bien, son los mejores. Me voy sola allí y quería una ciudad con ambiente, que esté todo a un paso... no quería por ello a un comarcal sin apenas compañeros», añade la estudiante.

Este año el hospital de Salamanca ofrece 18 plazas MIR para Familia y tras más de diez días de elección de residencia, Fátima es la primera (y por el momento la única) que ha elegido hacerlo en la capital charra. «Sí, lo sé. El año pasado sé que se eligió un poquito antes. Familia se suele escoger tarde... y lo de este año me ha sorprendido... pero no mucho», sentencia.

¿Por qué considera que a los estudiantes de Medicina les cuesta elegir la especialidad de Familia? Fátima ofrece su versión: «Es una pregunta complicada. Quizá las condiciones a día de hoy en las grandes ciudades o medianas no son muy atractivas para los médicos de Familia. Tienen un cupo de pacientes muy grande, tienes que ver igual presenciales unos 30 pacientes en una jornada y luego hacer llamadas, recetas, visitas a domicilio... Entiendo que están ahogados y eso quema. Pero es verdad que creo que a veces se vende mal ni se ha promocionado lo suficiente el tema de la medicina rural con cupos más pequeños. Te da tiempo a hacer más cosas», explica la estudiante andaluza.

«Si un paciente viene con un problema es difícil resolver las cosas de raíz en 10 minutos. Por ejemplo, si llega alguien con insomnio, puedes coger en 5 minutos y darle una pastilla para dormir pero lo que se debe hacer es ir a por la causa de por qué esa persona no duerme. Y para eso se necesita tiempo. Entiendo que tiene que gustar mucho estar de cara al público, en primera línea», esgrime.

Por último, Fátima Ángeles Galiano finaliza diciendo que «las condiciones económicas no son las mejores y entiendo que los médicos jóvenes opten por otras especialidades con las que vivir más cómodo; lo respeto y lo entiendo. Pero a mí me gusta mucho. Vivir en un pueblo de 1.000 habitantes no es para todo el mundo, te tiene que gustar y entiendo a la gente que siempre haya vivido en un ciudad quiera seguir moviéndose por ese ambiente. A mí me da la vida que me traigan un buen tomate o una caja de cerezas. Eso me suma a todo lo que me pueda restar», finaliza entre risas la MIR. Salamanca la espera y ella tiene ganas de conocer el mundo rural. Seguro que muchos pueblos de la provincia le abrirán sus puertas de par en par.