Investigador y pionero del deporte: «Ciencia es que cualquiera reciba el mismo tratamiento que un jugador de la NBA»

El pasado 30 de mayo se celebró el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple. En este contexto, es bueno reconocer la labor de investigadores como el vallisoletano Sergio Maroto Izquierdo, quien está transformando la manera en que percibimos el entrenamiento físico. Él lo utiliza para ayudar en su día a día a personas que conviven con distintas enfermedades. A sus 32 años, es investigador, docente, entrenador personal y emprendedor. Su pasión por el deporte le viene desde pequeño. Ser hijo de un profesor de Educación Física le hizo querer probar todas las disciplinas deportivas. Con los años, Maroto ha sabido convertir aquella pasión infantil en una misión de vida, estudiar cómo a través del ejercicio, se puede mejorar la salud de aquellos que la tienen comprometida.

Siempre tuvo claro que quería vivir por, para y del deporte por eso, tras cursar Bachillerato en el IES Julián Marías, se matriculó en el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC). Se graduó con el Premio al mejor expediente académico. Al finalizar, realizó el Máster en Innovación e Investigación en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de León y consiguió la beca FPU del Ministerio de Educación, lo que le facilitó comenzar su tesis doctoral y su carrera como investigador y profesor. Fue entonces cuando realizó una estancia doctoral en el Centre for Exercise and Sports Science Research en la Edith Cowan University de Perth, en Australia. Su tesis recibió en 2019 la calificación de Cum Laude y una mención internacional. Obtuvo, además, el Premio Extraordinario de Doctorado.

Actualmente, forma parte del profesorado de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UEMC y es miembro de su grupo estratégico de investigación i+HeALTH. «Mi motivación es ayudar a la gente», afirma con convicción. Fue precisamente esa vocación de servicio la que, en 2016, le llevó a emprender abriendo su propio centro de entrenamiento, Proporción A. Se trata de un centro que fue pionero en Valladolid y que combina la investigación científica con la aplicación práctica del ejercicio en poblaciones especiales. En 2022 abrió un segundo centro, Proporción A - Fisioterapia, con una unidad dedicada al tratamiento integral desde una perspectiva funcional. Ambos se ubican en el barrio de Villa del Prado.

Fue preparador físico del Balonmano Atlético Valladolid y ayudó a mejorar el rendimiento de numerosos deportistas de élite, pero no tardó en comprender que lo que realmente le motivaba era aplicar el ejercicio como herramienta terapéutica. «Llegué a la conclusión de que podía ser más útil ayudando a personas que padecen enfermedades crónicas», explica. Él y su equipo han centrado sus esfuerzos en el estudio de patologías neurológicas, con especial atención a la esclerosis múltiple. «Es en patologías de este tipo donde los beneficios del ejercicio, sobre todo de fuerza, son más evidentes», defiende.

En tan impecable currículum destaca el Premio de Investigación en Fisioterapia y Medicina Deportiva 2023, de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid, a la que pertenece. Fue el primer graduado en CAFD en recibir tal reconocimiento. Es autor de más de 40 publicaciones científicas, ha acumulado más de 1.000 menciones y cuenta con un sexenio de investigación reconocido. «Tenemos una píldora, (a mí me gusta llamarla 'boost', que en inglés significa impulsar, mejorar). Esa píldora es el ejercicio, y en función de la dosis, logramos diferentes efectos», explica. Él y el resto de los investigadores del grupo i+HeALTH han demostrado que, en casos como la esclerosis múltiple, el ejercicio supervisado no solo mejora la funcionalidad, sino que disminuye los niveles de neurofilamentos, un marcador sanguíneo de daño axonal. «Estudios recientes han demostrado que el deporte es más eficaz que algunos tratamientos farmacológicos», asegura.

Actualmente lidera y colabora en varios proyectos de investigación financiados por la Junta de Castilla y León (SaCyL) y el Ministerio de Ciencia e Innovación, que están orientados a evaluar el impacto del ejercicio en pacientes con distintas enfermedades neurológicas y geriátricas. Entre sus logros destaca el desarrollo de MScope, una batería de pruebas funcionales específicas dirigidas a evaluar la progresión de la esclerosis múltiple desde la perspectiva del entrenamiento físico. «Para mí, hacer ciencia es permitir que alguien de la calle reciba el mismo tratamiento, conocimiento y tecnología que un jugador de la NBA. Eso también es investigar», afirma.

Su día a día es un no parar. Coordina equipos de trabajo, orienta a doctorandos con sus tesis, imparte clase, acompaña a pacientes reales, colabora con revistas internacionales, es miembro del Comité de Ética de Investigación de la UEMC y ponente habitual en congresos de medicina del deporte y fisioterapia. Él se siente realizado con su trabajo. «Ayudar a mejorar la vida de alguien a través del ejercicio es la forma más bonita de investigar», concluye.

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