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Situado entre los barrios de La Farola, Ciudad de la Comunicación y el polígono industrial de Argales, el hoy conocido como parque de Las Norias ... custodia, entre otros, este edificio catalogado, que en su día perteneció a las instalaciones de la antigua azucarera Santa Victoria.
El chalé, de estilo francés, levantado como vivienda del director de la fábrica de azúcar vallisoletana, es hoy la sede de la Fundación Jorge Guillén, dedicada a la promoción de la creación artística y literaria, no solo de la obra del poeta vallisoletano de la generación del 27 que le da nombre. Construido en ladrillo a principios del siglo XX, el inmueble fue rehabilitado en los años 2000.
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Inaugurado en 2007, el parque urbano Norias Santa Victoria, que ocupa una superficie de 4,3 hectáreas, fue calificado por el entonces concejal de Urbanismo, José Antonio García de Coca, como el Central Park vallisoletano. Los del chalé literario no son los únicos ladrillos catalogados de la antigua azucarera que se mantienen hoy en pie; aunque sí son de los pocos restaurados. Todos los edificios de Las Norias se construyeron en 1899, meses después de que Juan Alzurena, el marqués de Alonso Pesquera, Narciso de la Cuesta, Emilio Vicente, José María Zorita, Francisco Javier Gutiérrez y José de la Cuesta constituyeran la Sociedad Industrial Castellana para fomentar el cultivo de la remolacha de azúcar en la región, debido a la necesidad de producir ese producto; para suplir la pérdida del suministro de azúcar que hasta entonces llegaba de Cuba.
El complejo, firmado por el ingeniero C. Escobedo, estaba formado por dos naves rectangulares situadas en paralelo y una tercera en perpendicular que las unía. Las tres realizadas en ladrillo cara vista y los tejados de teja plana. Dentro del complejo, junto a la entrada, se encontraba el chalé de marras. «En la memoria del proyecto aparecen por primera vez preocupaciones estéticas por los edificios industriales», recoge la ficha del Plan General para dar cuenta de su singularidad y su valor. La azucarera del Camino de la Esperanza, luego conocida como Santa Victoria, comenzó su andadura en 1900. La Azucarera Ebro la adquirió en 1968 y estuvo en funcionamiento hasta 1997; siendo abandonada en el año 2000.
La azucarera se complementó con el proyecto de la Alcoholera del Camino viejo de Simancas, que era propiedad de la misma sociedad, dueña a su vez del Canal de Castilla. Ambas instalaciones estaban conectadas por una tubería. Las instalaciones originales construidas en la parte central de la parcela se ampliaron hasta formar un inmenso conjunto que contaba con líneas de ferrocarril propias conectadas con las principales de la ciudad.
Tras años de abandono, el complejo fue estudiado y catalogado para conservarlo y protegerlo, demoliendo edificios en ruinas y ampliaciones de mala calidad para conservar los elementos más valiosos como la edificación original, norias, almacenes, viviendas y su icónico horno de cal. Esta operación confluyó en que en 2005 el Ayuntamiento se propuso recuperar esta zona con un parque dotacional, el de las Norias.
El edificio con forma de herradura que fue pionero en su época.
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