La Cañada Real, frente a la riqueza de Cannes
Fernando Lara
Lunes, 19 de mayo 2025, 17:35
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Fernando Lara
Lunes, 19 de mayo 2025, 17:35
Daba bastante vergüenza escuchar en la presentación de 'Ciudad sin sueño', para la Semana de la Crítica, que la madrileña Cañada Real es «el mayor ... suburbio de chabolas de toda Europa»... A ella ya le dedicó Guillermo Galoe su cortometraje 'Aunque es de noche', que Cannes incluyó en su Sección Oficial de 2023 y obtuvo después el Goya de esa categoría. Pero, como ha señalado su director, 'Ciudad sin sueño' no es una prolongación del corto, aunque sí mantenga su mismo escenario y tipo de personajes, dentro de un estilo donde la ficción nos llega con la apariencia del documental.
Trabajo arriesgado, sin duda, pero no tanto por el hecho de introducirse en un mundo que, desde hace seis años, a Galoe le resulta familiar, ni por la dificultad de conducir a unos actores circunstanciales, sino por el desafío de construir un relato en torno a ese mundo. Con una mayoritaria población gitana y árabe, que se resiste a ser realojada en unos pisos que les reduzcan su libertad de movimientos, con la droga y la chatarra como principales motivos de supervivencia, los habitantes de la Cañada Real se ven ante la situación de tener que abandonar su ámbito debido a un progresivo desmantelamiento. ¿Aceptarlo o resistirse? En ese debate se centra la película, simbolizado en las figuras del adolescente Toni y de su abuelo que suponen el hilo conductor del filme. Donde resaltan las secuencias que reflejan en solitario al primero y la excelente fotografía de Rui Poças, perjudicada en ocasiones por unas innecesarias variaciones cromáticas.
Si 'Ciudad sin sueño' (título también de un poema de García Lorca y de una canción de Morente y Lagartija) refleja un mundo muy concreto, 'O agente secreto', de Kleber Mendonça filho, busca reproducir algo más amplio: el clima moral y ciudadano de Brasil de la década de los 70, entonces bajo una interminable dictadura militar. Lo desarrolla con intensidad e interés durante los 158 minutos que dura su historia, un 'thriller' protagonizado por un personaje cuyos motivos de huida conocemos a medida que avanza la trama.
Pero no es en puridad esta lo que interesa a su guionista y director, sino lograr que la multiplicidad de situaciones y caracteres que se suceden en la pantalla, junto a las vicisitudes del personaje central, conformen esa visión panorámica de una sociedad corroída por el móvil económico, la corrupción y la violencia. Lástima que el desacertado final, una especie de epílogo que nada aporta, no se halle a la altura de la buena película que es 'El agente secreto', digna sucesora de otras dos anteriores de Kleber Mendonça también ofrecidas por este Festival, 'Aquarius' en 2016 y 'Bacurau' en 2019.
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